dilluns, 24 d’octubre del 2011

I write sins not tragedies





Conocéis la magdalena de Proust? Bueno, pues se podría decir que a partir de hoy también existe el bus de Gámez. Tal y como le pasó a este célebre personaje, de alguna manera ese jueves yo también vi la luz.

Tan pronto como perdí el bus que me ahorraba 2km de larga caminata hasta mi casa, todo vino a mi mente, y al igual que a Proust, apareció mi Panacea.

El hecho de encontrar a tu media naranja o amor verdadero, dile como quieras, no implica estar junto a él el resto de tu vida, ni tan sólo una larga temporada, simplemente date un canto en los dientes por el hallazgo. Igual que nos pasa con todo, aquello que deseamos mucho al final lo acabamos avorreciendo.

De la misma manera, aquellas cosas que nos parecen más insignificantes la mayoría de las veces, por no decir siempre, acaban siendo imprescindibles. Las primeras apariencias pocas veces son buenas mientras que los pálpitos en un 99% de los casos aciertan.

Por eso no perdáis el tiempo premeditando vuestras acciones ni pretendáis cambiar el destino, de algun modo lo podréis modificar pero nunca completamente, recordad que no tenemos el copyright! Así que limitaros a aceptar todo aquello que venga a vuestra vida, malo o bueno, porque ni atraemos lo que somos ni sólo los puestos contrarios sienten atracción. Tan sólo tenemos nuestro guión escrito y lo vamos reproduciendo y revisando.

En fin, con la tontería ya he llegado a casa y es que si hay algo que no falla es que si te pones a andar en lugar de resignarte y enfadarte, al final avanzas y llegas a tu meta.